¿Y vosotros? ¿Qué tipo de marca queréis ser?

Os voy a contar una historia. Hace muchos años tenía una banda de Death Metal.

Sacamos un par de discos (uno está en Spotify todavía) y realizamos un par de giras por España. La gente nos paraba por la calle y nos pedía autógrafos. Es real.

Yo era el guitarrista. Mi amplificador era un Mesa Boogie Single Rectifier con pantalla 4×12 de Mesa Boogie también. Tenía varias guitarras. Una ESP LTD MH-1007 y una Ibanez RGT1221 de 7 cuerdas. Tuve que pillar casi todo en Estados Unidos porque aquí, en aquel entonces, no era posible encontrarlo.

En total tenía gastados en equipo más de 5.000€.

Y no éramos profesionales. ¿Semi-profesionales? Puede ser. Pero ni de coña nos dedicábamos a eso. Quisimos, pero nos quedamos en el camino.

Esa inversión fue el coste para mi marca personal. No se trataba de sonar bien. Obviamente sonábamos genial. Era decir “voy en serio con esto. Es importante para mi”, con un equipo acorde al estilo de música que tocábamos. Coherencia de marca desde el aspecto, el look y el equipo. La imagen de marca que proyectaba partía de las portadas de nuestros discos, nuestro aspecto y la música, y de manera vertical se extendía por todos los elementos de contacto con nuestro público. Curré en trabajos de mierda durante muchísimos años para poder pagar todo aquel equipo y aprendí que el Heavy Metal es una de las mejores escuelas de Branding que se pueden encontrar.

¿Es mucho dinero o es poco?

Correos se gastó 140.000€ en realizar un Rebranding de marca.

Ahora AVE se ha gastado 90.000€ en un ejercicio similar.

¿Es mucho dinero o es poco?

¿Veis por dónde voy?

Cuando lo hizo Correos se leyeron cosas como “esa pasta por ponerle una bolita al logotipo, madre mía…”. La gente se puso las manos a la cabeza, pero no entendió el enorme trabajo que hubo detrás. Es más, si no hubiera invertido ese dinero, Correos hoy en día NO existiría. Así, literalmente. ¿Por qué? Por qué Correos entendió que tenía una clara necesidad de reposicionarse en un siglo donde ya nadie envía cartas e invirtió en ello antes de que fuera demasiado tarde. 

Por supuesto, es muy ingenuo pensar que Correos pagó esa cantidad por el diseño de un logotipo. Lo hemos dicho mil veces, el diseño de un logotipo NO es una marca. En este caso, Correos modificó todas y cada una de sus aplicaciones. Sobres, paquetes, vehículos, oficinas, carritos, uniformes, su parte corporativa, su parte global, internacional. La creación de una tipografía nueva (que le ahorró cientos de miles de euros en licencias), el desarrollo de sus diferentes webs y sin olvidar la modificación de su lenguaje de marca. El lenguaje, ese gran olvidado en la creación de marca. Su actitud, sus spots de televisión, sus gráficas, modificadas a través de una dirección de Arte que fue desde los colores que se debían ver en las gráficas, sesiones de fotografía, músicas que debían sonar y hasta los olores que las oficinas debían tener. Todas las estrategias de branding, Comunicación y Marketing unidas en un proyecto. De eso va la cosa: coherencia de marca.

Cinco años de trabajo dedicados a cambiar el concepto de marca que la sociedad tenía, y que les permitió transformarse, sobrevivir y lo más importante, ser competitivos.

¿Seguís pensando de verdad que es mucho dinero?


Una marca es el global de lo que alguien percibe de ti. Desde tu aspecto a cómo te comportas.


Ahora la polémica viene con el Rebranding de AVE y todavía tenemos que leer titulares periodísticos como este en el que se habla de lo caro que ha sido el “diseño del logotipo”. Señor llévame pronto.

Renfe y AVE han visto lo mismo que vió Correos en su momento. Con la aparición de nuevas líneas de Alta Velocidad necesitaba variar su posicionamiento, variar el rumbo y crear una marca más asociada con el lujo. La proyección de un estatus de marca para que la gente siga pensando que es mejor pagar 120€ por un viaje a Madrid desde Barcelona que pagar 20€. Si no lo hacía, en un par de años, AVE desaparecería.

Nosotros en tres años hemos hecho que una bodega de España haya incrementado sus beneficios en más de un 40%, que agote sus añadas en menos de seis meses y que eso permita generar una estrategia de precios al alza porque la demanda es tan alta, que de alguna de sus referencias se vende el 50% antes incluso de embotellarse. Hemos generado una demanda, un nuevo lenguaje, una asociación con un universo que va más allá de todo el visual y el Packaging que hemos construido para ellos. Hemos creado una nueva necesidad en el consumidor, que sabe que si quiere molar, el vino que debe escoger es ese y no otro. El cliente creó un producto y nosotros lo hemos convertido en marca.

Su inversión en nuestro trabajo cruzó el “Break Even” por así decirlo a mitad del segundo año, desde entonces y como os digo, su facturación va como un tiro.

Es una cifra real. Es un dato real de una bodega real. No es Jeff Bezos diciendo que en Amazon lo peta. Es una inversión asequible de una bodega mediana con resultados visibles. Si queréis saber más y conocer el caso, podéis escribirnos y os lo contaremos. 

¿Es caro? Todo dependerá. ¿Y vosotros? ¿Qué tipo de marca queréis ser?

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