The Power of Love

The Power of Love

Os voy a contar una historia.

El otro domingo estaba revisionando una de mis pelis de amor favoritas, Terminator, cuando reparé en una frase que Sarah Connor le lanza a su futuro hijo en el final de la película, justo cuando, grabadora en mano, le habla de sobre su padre, Kyle, la persona que va al pasado a salvarla. La frase es la de  “Tal vez te ayude saber que en las pocas horas que pasamos juntos, nos amamos por toda una vida”.

Y ahí me vino una reflexión que al poco llevé al terreno del Branding ¿Cuánto es el amor que deberíamos profesar en toda una vida? ¿Cómo se calcula? “¿Cuánto me quieres amor” “¡Te quiero mil!” Vale… ¿Sobre qué escala? 

¿Imagináis que calculáramos el amor a nuestra pareja como en los informes que solemos realizar de valores porcentuales? “Te quiero en un 70% de posibilidades de volver a acostarme contigo por encima de los otros tíos de esta discoteca”. 

No sé… Sonaría raro.

Pues lo mismo nos pasa muchas veces con las marcas con las que trabajamos. Aplicamos valores numéricos a cosas que son intangibles en el corto plazo, pero que como os contaré más adelante, funcionan.


“¿De qué vale que me quieras si luego no hacemos nada juntos?”


Uno de los objetivos principales cuando realizamos un Rebranding estratégico y marcamos un plan de trabajo es la creación de una relación positiva entre marca / persona. La creación de una comunidad fuerte y cohesionada que piense en “nosotros” en su día a día. Por ese motivo, estructuramos nuestro proceso de creación como si fuera una relación de amor.

LA CREACIÓN DE MARCA DE VEINTEMILLAS

Cuando realizamos la creación de una marca, dividimos la primera parte del trabajo en tres etapas que relacionamos con la evolución de una relación amorosa entre dos personas. Es nuestro método:

  • Vol. I – L’Amour Naissant
  • Vol. II – Let’s Make Love
  • Vol. III – El Niño

El volumen I es un estudio del entorno. Quiénes son nuestros amigos, qué nos gusta hacer, ¿eres de parque de atracciones y helado o de cervezas y conciertos?. Aprendemos el uno del otro para hacer que todo funcione. 


En el volumen II empieza lo divertido. Ahondamos en la creación de la propia marca y comenzamos a establecer los puntos de la relación donde tendremos que incidir en el futuro y en las futuras comunicaciones y acciones. Es ahí donde marcamos cuáles son las pautas “amorosas” entre marca y personas. Saber qué colonia usar, qué frases decir, qué le gusta a uno y a otro y desde ahí, definir la plataforma de marca.

Por último, el  volumen III es la creación del niño, de la marca en su definición para el mundo. En nuestras presentaciones muchas veces ponemos este video de la película Gattaca donde explica cómo la ciencia ha permitido el desarrollo de niños “a la carta” gracias al determinismo genético. Desarrollamos toda la parte visual, toda la parte del lenguaje, personalidad de marca, etc.

Pero esta es la primera parte del trabajo. 

Es después cuando empieza de verdad una relación. Donde el poder del amor se hace patente si se trabaja como debe hacerse en una relación. Cuidar los detalles, responder al otro, alguna conversación incómoda… Las marcas bien creadas terminan pareciéndose a las personas más de lo que pensamos.

¿Se notan los resultados? ¿Por qué al final todos queremos un rendimiento económico, no? 

Pues sí. Se notan.

En un periodo de tres años uno de nuestros clientes ha pasado de tener vino en la bodega a aumentar su demanda en un 55% antes incluso de embotellarlo.

Ha dado la posibilidad de realizar un recálculo de precio a lo largo de estos años al alza porque en la actualidad la gente relaciona su producto con una experiencia, con una zona concreta, lo que ha traído no sólo un aumento de las ventas, sino la posibilidad de vender mejor, que los comerciales de la marca lleguen a un restaurante y digan “ah sí, os conozco”. De eso trata nuestro trabajo.

¿Y es cosa sólo nuestra? Por supuesto que no, ¿pero desde cuando en una relación para que todo funcione es sólo parte de uno?

Pues eso.

Si queréis saber más sobre el caso de éxito del que os hablamos, contactad con nosotros y os contaremos más.

* La imagen de la cabecera es cortesía de Daniel Oberhaus

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