Seguro que conoces bien los valores de tu vino. ¿Y los de tu marca?

Estamos convencidos de que llevas muchísimo tiempo trabajando el principal activo de tu marca: Tu producto. Conoces sus procesos de fabricación, costes, sus diferenciales, etc. Sin duda, nadie lo conoce mejor que tú, pero… ¿Sabes cuáles son los puntos fuertes de tu marca? En Veintemillas, como a estas alturas (esperamos) ya sabrás, nos dedicamos a gestionar y crear marcas para vino y gastronomía, así que queremos ayudarte a que reconozcas que puntos de tu marca debes trabajar. ¿Estás listo? Vamos a verlos.

  1. Producto NO es MARCA pero si es “marca”: Un error común es tener un producto y pensar que tenemos una marca. Del mismo modo que con el diseño de un logotipo no creamos una marca (eso te lo explicamos aquí divinamente bien), un producto en sí mismo no constituye una marca y tiene sus diferencias. Debe ser uno de sus principales activos, su tangible más importante, pero por si solo no la constituye.
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  3. Respeta tu nombre, pero vigila tu nombre: Sobre todo en el sector del vino, los nombres de bodegas o vinos suelen venir dados por los antecedentes familiares del producto o su localización geográfica (en el 85% de las ocasiones). Y es que dos suelen ser los activos intangibles que en este punto se suelen querer transmitir: Uno, sin duda, el carácter familiar del negocio. El segundo en el ranking, su localización geográfica o no recordáis el caso del vino Monte Quilla). Si bien en otros sectores la innovación en el terreno del Naming suele ser mayor, en el sector del vino suele ser más respetuosa con sus antecedentes. En ese caso hay que apelar a la imaginativa en los nombres de vuestros vinos o productos. Sí, estamos de acuerdo, si el peso de tu historia hace que te llames “Herederos de Fernando Quilla”, es algo que debe respetarse, pero entonces, aplica tu imaginativa en nombres de producto que generen sensaciones más allá del producto.
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  5. Selecciona tu mercado: ¿Recuerdas aquel chico del instituto que se esforzaba por caer bien a todo el mundo y terminaba por caer mal a todo el mundo? Esa máxima también pasa en el mundo de las marcas. En multitud de ocasiones, al preguntar por el target del nuevo vino de una bodega X, nos hemos encontrado con una respuesta que suele repetirse, y es la de “yo quiero que mi vino lo beba todo el mundo”. En Veintemillas somos partícipes de respetar SIEMPRE el discurso del vino, y adaptar el mensaje y el diseño siempre a lo que el vino quiere transmitir, si haces un vino cargado de matices, pensado para un público maduro y consumidor habitual de vino, trabaja tu producto desde esa perspectiva y luego rodea todo el branding y su diseño pensando en ese target y lo que espera encontrarse. Si quieres ir a un público más joven, empieza trabajando eso desde el producto y de nuevo, genera una marca acorde a ese mensaje. Trabaja en el diseño de un etiquetado para vino más innovador, que sea consistente por supuesto con el producto, pero que transmita correctamente el mensaje dentro de los canales donde va a vivir.
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  7. Genera tu estrategia de Marketing junto a la de ventas: E4s curioso como, de nuevo, cierta parte del sector, considera al Marketing como algo “malvado”. Muchos piensan que si su producto es bueno, no necesitan al malvado Marketing para poder vender más. Nosotros siempre decimos lo mismo. No se trata de vender más. Se trata de vender MEJOR.
  8. El Marketing es simplemente una herramienta cuyo carácter será uno u otro dependiendo de las manos en las que caiga. Nosotros siempre abogamos por un Marketing ético, con campañas honestas y sinceras y, MUY importante, con una estrategia generada conjuntamente al departamento de ventas. ¿Los motivos? Debemos asegurar que el mensaje que transmitamos sea consistente en TODOS los canales de la empresa a la vez que alineados con los objetivos de venta de la empresa, y para eso comercial y Marketing deben ir de la mano. Debe ser Marketing quien regule que el mensaje que se transmita cumpla con los objetivos y puntos clave de su manual corporativo para que todo el mundo transmita del mismo modo. ¡Ah! y por supuesto, NUNCA abogues por una estrategia de venta basada en el precio. Recuerda que ser el más barato no es un diferencial ni para tu marca, ni para tu producto.
     

  9. Digitalízate: Hoy en día, resulta muy curioso como ciertas bodegas siguen descuidando su imagen digital, tanto en la construcción de una página web en condiciones como en su presencia en Redes Sociales. Gastan enormes sumas en tener un etiquetado para vino trabajado por estudios reputados, pero luego su página web sigue siendo, como dijo el de Mercadona, un desastre. Cuida TODOS los canales de tu marca. No hagas sólo una fachada en la etiqueta de tu botella y que tras eso el resto falle. Genera una web intuitiva, que transmita los mismos valores que tus productos y empieza a comunicar en Redes Sociales. Y no, no hace falta estar en todas, solamente en las que DEBES estar.
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  11. Tu no vendes vino, vendes una experiencia: ¿Recuerdas el artículo en el que hablábamos del Marketing emocional? Hace ya mucho tiempo que el vino en sí no constituye “sólo” un producto. La gente que compra vino, en su enorme mayoría, busca una experiencia. Compartir un momento, solo o en compañía. El vino, en muchos casos, supone una silenciosa banda sonora para ciertos momentos de nuestra vida. Debemos acentuar su valor experiencial y trabajarlo del mismo modo que se trabaja el producto.
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  13. Ponte en manos de gente que sepa: Sí, tal y como has adivinado, vamos a hablar de nosotros mismos en el último punto. En Veintemillas hemos trabajado tanto con clientes grandes como con pequeños haciendo tanto proyectos grandes de creación de marca completos, como etiquetados para pequeñas bodegas con muy poca producción. Sabemos de la importancia de que, en cierto punto de la historia de cada uno, podemos hacer las cosas por nosotros mismos, pero llega un punto en el que es necesario contar con profesionales que sepan. De hecho, este punto lo pensamos desde la propia experiencia al intentar realizar la instalación eléctrica de los focos de nuestro estudio por nosotros mismos y ver que si eso, lo mejor era llamar a un especialista.
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    Contacta con nosotros, pregúntanos, averigua cómo trabajamos y si no te convencemos, pues oye, busca a otros que sepan aunque no seamos nosotros. Es un punto importante que generará un importante diferencial a tu bodega y a tus vinos. ¡Estamos convencidos!

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