¡Pues claro que es Marketing, pimpollo!

Cuántas veces, queridos amigos, habréis escuchado, leído, incluso también dicho con cierto desdén, esa máxima de “eso es Marketing” hablando sobre un vino, una bodega, un producto alimenticio, una marca o restaurante… Da igual, la cumbre del cuñadismo del domingo de sobremesa es decir “eso es Marketing” sin más fundamento que el cortado de después de la paellita.  “Ese vino se vende por 45€…” “Bueh… Eso es Marketing”. Y así.

Pues claro que es Marketing pimpollos. ¿Qué queréis que sea? ¿Os pensáis que Starbucks cobra 4 euros por un café por qué eres así de guapo?

Cuando os peinais antes de salir a la calle, eso es Marketing.

Cuando decidís poneros esa colonia y no otra, eso es Marketing.

Cuando escogéis la camiseta de Motorhead en lugar de la blanca. Eso también es Marketing.

En vuestra bodega, cuando decidís que la botella sea bordalesa y no borgoña, eso también es Marketing.

En vuestro restaurante, cuando decidís colocar tres piedras en el centro de la mesa, también es Marketing.

El Branding del que tanto proclamamos y abogamos, es Marketing. Las redes sociales son Marketing, el trabajo de diseño es Marketing.

¿Y sabéis qué? No tiene nada de malo.

Porque el objetivo del Marketing no es otro que ayudar a vender. Ayudar a vender un producto, ayudar a venderos a vosotros mismos y que esa cita de Tinder termine más allá de la cena, lo que sea. Hay que eliminar ese estigma, esa proclama hiriente, de que el hecho de que algo sea Marketing sea malo.

¿Sabéis por qué? Porque el Marketing bien construido ni se nota ni se huele. 

Hay que cambiar ese pensamiento de que el Marketing sea sinónimo de algo falso, de algo que no corresponde con la realidad de un producto o una marca. Eso no es Marketing. Eso es mentir. Inventar o construir una fachada sobre un edificio que no existe.

Pensemos en marcas como Nike, Pepsi, Mac Donalds, Dom Perignon, Moët Chandon, Red Bull, la citada Starbucks. Claro que existe Marketing, pero hay una base. Unos valores, una construcción de marca sólida. Existe una realidad avalada por el comportamiento de todas y cada una de las acciones que esas marcas realizan. No es “sólo Marketing”. Es una entidad completa que además, tiene un Marketing para ayudar a vender, y cuando hablo de vender es eso. Vender. Sí. Existen unos valores de marca, una comunicación cuidada, pero el objetivo es siempre uno. Vender. Si que una marca o una empresa quiera vender os supone una sorpresa, igual ya vamos mal de base.

Y claro, podéis ir a vuestra cita de Tinder diciendo que trabajáis como pilotos Nascar y que vuestra cicatriz de una apendicitis fue la herida de un trozo de hierro que atravesó vuestro cuerpo durante una carrera. 

Podéis decir que toda la carta de vuestro restaurante es producto fresco y preparado íntegramente en el restaurante, y que el codillo al horno sea realmente un producto de quinta gama que viene en una bolsa de plástico.

Igual que cuando se dice que un vino tiene “6 meses de crianza de roble francés” y le habéis echado unos chips de madera al depósito.

Y eso no será Marketing, será mentir. Será engañar.

Porque el Marketing bien construido necesita de una base real. De un producto real. Esa es la clave. Nadie con sólo Marketing, sin nada detrás, sin un buen producto, sin una marca bien construida, venderá más de una botella a cada consumidor, o más de un servicio a un comensal.


Porque el Marketing debe ensalzar y limpiar (no maquillar), debe proclamar un discurso positivo y darlo a conocer.


¿Alguna vez habéis visto un peluquín que realmente NO se note? ¿A qué no? Pues lo mismo pasa con un producto falso… El Marketing ensalza y vamos a lo mismo, si engaña, si maquilla o disimula, no os confundáis, no es Marketing, es palabrería del estilo del timador itinerante que vendía tónicos para la salud a voz en grito en la plaza del pueblo.

Así que a partir de ahora, cuando os encontréis frente a un negocio, marca o vino con una comunicación y una estrategia cuidada a más no poder, con una base real detrás, con un producto de mayor o menor calidad, pero con un producto y una marca detrás, podéis afirmar que es Marketing. Y no tendrá nada de malo.

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