Etiquetas que molan… Primera parte.

Etiquetas que molan… Primera parte.

En Veintemillas, como la chica de aquel anuncio de gafas, adoramos las marcas. Pero no cualquier marca. Las buenas marcas. Con el vino nos pasa exactamente igual. Adoramos el vino, pero no cualquiera. Adoramos los vinos que han sido construidos con cabeza y con un discurso coherente, desde su vendimia hasta su llegada al lineal de un supermercado o al pequeño comercio. El método de producción de un vino ya está definiendo como será ese vino, y todos esos procesos, toda esa mística convertida en trabajo se ve, en un primer vistazo, en su embotellado y etiquetado.

Ese es el motivo por el que consideramos casi más importante el contenedor que el contenido (¡veteranos del mundo del vino, seguir leyendo por favor!). Si un vino ha sido elaborado con mimo, queriendo atrapar la esencia de la tierra, o su vid, si se invierte en los métodos de producción para la mejora del vino casi la totalidad del presupuesto de una bodega, ¿por qué luego no hay una inversión proporcional en marketing y publicidad? Más importante todavía, ¿por qué luego no se trabaja en consonancia el contenedor y su diseño, que al final será lo que producirá un “amor a primera vista” en el consumidor?

En el año 2013, la inversión en maquinaria para la recolección y producción del vino cuadriplicó en lineas generales a la inversión en marketing o publicidad. En temas de diseño, ya ni hablamos. Por lo general se cuidan muchísimo los procesos. Se contratan enólogos para dar con la mejor levadura y controlar al milímetro su oxidación, pero una vez tenemos un producto fruto de mucho esfuerzo, dejamos su etiquetados a empresas (por no caer en sobrinos o algún familiar) con poca o nula experiencia en la definición de marcas o en los procesos de diseño.

Por suerte esto cada vez sucede menos, y como consumidores, nos alegra profundamente. Cada vez más encontramos que el discurso de un vino empieza cuando lo ves. Es la etiqueta la que cuenta el prólogo del vino, y en esta sección, que comenzamos con intención de que sea semanal, descubriremos vinos que nos han encantado por su etiqueta y que creemos que le da el discurso que necesita.

Por el momento sin embargo, con esta salvaje introducción creemos que ya basta, así que… ¡Estar atentos! Para que vayáis abriendo boca, una pista bastante, bastante clara de quién hablaremos la semana que viene:

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