Desarrolla tu marca y luego… Tu logo.

Todos nos hemos encontrado alguna vez en la vida con alguna persona que no nos transmite confianza. 

No nos fiamos.

Vemos que dice una cosa y luego hace otra. Las cosas que predica no van acorde con lo que hace, nos transmite una incoherencia que, en definitiva nos hace desconfiar.

El proceso de autoconocimiento en estos casos es muy importante. Sin conocernos, sin saber nuestros valores y saber quienes somos podemos dejarnos llevar por las modas, la opinión de otros y lo que ellos esperan de nosotros.

¿Nos hemos vuelto locos? ¿Hemos cambiado el Marketing por la psicología esta semana? 

No y no. Y con las marcas que creamos pasa exactamente igual. 


La identidad e imagen corporativa deben ir en la misma línea


Hay marcas que no nos transmiten la seguridad para acabar de llenar nuestro carrito y comprar, sabemos que su comunicación y cómo se comportan no están alineados y nos hacen desconfiar. ¿Pero cómo vamos a conocer bien a una marca y confiar si ni siquiera ella sabe quien es, a quien se dirige y de qué forma? 

Aunque tener un logo super chulo es una manera de molar un montón, lo primero es lo primero: saber quiénes somos.

En Veintemillas vivimos el proceso de creación de marcas de una forma particular, con un propio método para no dejarnos ni un recoveco sin descubrir y aunque cada estudio pueda tener el suyo, creemos que hay varios ítems esenciales que se tienen que valorar.

Primero me desarrollo, luego existo 

  1. En primera instancia, es primordial definir el proyecto intentando aclarar todas esas ideas entremezcladas con las que acude el cliente, saber que hacemos, por qué lo hacemos y para quién. El ‘por qué’ siempre es muy interesante, de ahí podemos ‘rascar’ un poco de storytelling y darle un valor diferencial a lo que ofrecen. También es importante analizar su competencia, ver qué elementos triunfan y cuales flaquean. 

Estudiar los diferentes escenarios que repercuten en el proyecto es esencial para averiguar en qué punto se encuentra actualmente y sobretodo a modo de previsión. No vamos a poner todo nuestro empeño en sacar un proyecto adelante mientras se prevé un futuro catastrófico para ese escenario. Además, estudiar el público al cual nos dirigimos, para saber sus gustos, su comunicación, sus actividades, etc para entender cómo debemos dirigirnos a ellos. 

  1. En segunda instancia, debemos indagar, desengranar y descubrir quién es la marca. Definiendo los valores, el arquetipo, el carácter, las actitudes,  podemos llegar a personificarla y buscar algún personaje que represente, también un grupo de música o un chef, etc para definir y clarificar la personalidad de la marca. 

Gracias a todo esto podemos crear una ‘biblia’ de uso para la marca, así poder recurrir a ella en cualquier momento que tengamos que tomar una decisión o tengamos dudas de cómo comunicarnos.

  1. Por último el momento más esperado por todos, la creación de su identidad. No hablamos solo del logo sino también de las líneas gráficas, corporativas y tipográficas para las comunicaciones, así como el manual de comportamiento y lenguaje. Las marcas son algo sensitivo, y debemos tener en cuenta lo que se ve, pero también lo que se escucha, se siente, se oye e incluso, lo que se huele..

En estos párrafos resumidos parece muy simple y rápido, pero lamento decirte a tí que me estás leyendo que es un trabajo tedioso, con muchas dudas y de difícil decisión en muchos de los ítems. 

Y vosotros ¿Conocéis al 100% vuestras empresas? ¡Compartirlo con nosotros y si necesitáis ayuda, ya sabéis lo que tenéis que hacer!

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